Hoy es un día nublado, caen pequeñas gotas de lluevia que resbalan por el chuvasquero. Voy cruzándome con gente a la que miro a los ojos en los que se reflejan unos ojos tristes que deben de ser los míos, aunque no los reconozco, hacía mucho que mis ojos no estaban con tanta tristeza. Tiempo atrás tuve esta mirada, una mirada perdida en el continuo espacio-tiempo.
Voy caminando bajo estas pequeñas gotas que llegan a mezclarse con unas lágrimas y las disimulan cuando discurren por mis mejillas, bajan por la comisura de mi boca hasta perderse en el vacío y golpean el en suelo donde ya no hay gotas de lluvia ni lágrimas derramadas, sino un pequeño río de agua que circula lento guiado por la gravedad hasta desparecer por una alcantarilla.
Iba a ser un día especial, bonito, un día recordado y disfrutado durante mucho tiempo, aunque al final ha sido un día especial no va a ser bonito ni disfrutado. Hoy se ha apagado la luz del faro y de repente he vuelto a un submundo de oscuridad en el que me siento hundido, he vuelto a sentir el abrazo de la tristeza pero esta vez no quiero devolverle dicho abrazo aunque su insistencia es agotadora.
Daría lo que fuera por poder volver a estar como hace tiempo, feliz y contento por estar al lado de una persona tan especial, pero sé que eso ahora mismo es imposible de conseguir eso que tanto deseo, pero esta vez voy a conseguir mi propia luz y así no depender de nadie para salir de este submundo otrora parte de mi vida
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