domingo, 20 de junio de 2010

Desolación

Hace mucho que no escribo, habría sido mejor no hacerlo, pero sigo escribiendo porque sigo necesitando un lugar en donde reposar, un sitio en el que mi alma repose, tengo que seguir viniendo por aquí para que mi alma reciba el descanso que tanto se merece, día tras día se aleja más de mí, perdiéndose en el inmenso océano de dudas que rondan mi corazón.
No quiero que llegue el verano, dicen que es mejor que llegue, que la operación es por mi bien, pero no tengo ganas de que llegue, voy a mejorar, es cierto, pero estoy cansado de sufrir.
Voy vagando por la Tierra como una gota de agua viaja por las nubes, sin ritmo fijo, sabiendo tan sólo que un día tendrá que caer en forma de lluvia para luego volver a subir, mientras me muevo, la gente pasa a mi alrededor, hay personas que aún recuerdo, otras que quedaron muy atrás, otras son sólo sombras escondidas en el fondo de mis recerdos.
Camino en línea recta, siguiendo el sendero que marca mi alma, a ambos lados, los echos se suceden, atravieso un bosque lleno de árboles, las criaturas del bosque me observan desde lo lejos, no se acercan. El viento ulula y los árboles ven cómo sus hojas se agitan, alguna cae y se posa sobre el camino, no me atrevo a pisarla y la recojo, observo atentamente la hoja, tiene 6 puntas y es preciosa, de un color muy vivo, verde en realidad. Debo seguir hasta que alcance el final del camino, pero hoy creo que haré un pausa. Dentro de unos días continuaré.

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